recostemonos un rato en el césped
mientras llega la hora de ir a clase,

contame una historia sin principio
y decime con un beso que me quieres
que te gusta estar acá conmigo,
no digas nada y dejáme escuchar tu corazón,
-que delicia, sentir el aroma del césped recién cortado...
tomate tu tiempo para iniciar tu historia,
y cuando quieras reír, dame vida con tus manos que son como la palabra
pero no cualquier palabra, sino como esas palabras que nos dan vida.

cuando comienzo a escribir una carta mas, confieso que me desespero,
que quisiera verla terminada ya y poder mirar la mancha desde lejos,
sentirme mas liviano sin esos sentimientos que yacen en el papel,
sentirme lejos de este que soy mientras escribo...

Nathaniel Ilromo

los "Monstruos"

por acá en la colonia Roma, allende unos años atrás, llegaba yo, un estudiante del cch aun muy "tierno" en lo que corresponde al mundo, este que se revuelve y renace y aunque parece a veces que se detiene en realidad esta dando vuelta sobre su mismo eje; llegue a conocer más de éste 'mundo raro' - como dice la canción, pero sobre todo el mundo de la música. Primero como espectador silencioso y después arriba del escenario; y entre toda la gama de emociones y la inmensa cantidad de experiencias pude estar cerca de "monstruos" de la música, me refiero a Paco Barrios "el mastuerzo", a Rafa Catana, al señor Texeiro, el maestrazo Enrique Balleste y también de aquellos que hacen teatro en este "bajo" mundo que no aparece en la caja electrónica y que va muchisimo más allá. Comencé entonces a conocer un mundo y un universo tremendo donde no importaba lo fashion sino el corazón y, aunque suene trillado, a dejar la esencia del alma misma en el escenario y en los corazones de todos los que están entorno a ti.

Estos "monstruos" son verdaderamente otro asunto, platicar con ellos es como consultar una exentrica y fabulosa enciclopedia de anécdotas, experiencias y tips raros de desventuras pero mas de aventuras; una locura sublime y readictiva, así son estos "monstruos".

Nathaniel Ilromo

mientras llega el calor...

miro atravez dela ventanilla con vaho del bus, adivinando las figuras y

miento a mi mente diciendole que no me gustan los días nublados y con lluvia.

hay ocasiones que me siento como en otra parte, lejos incluso de aquel lugar que considero

el más apartado de mi mundo interior, y los días nublados me van acercando poco a poco,

la musica, las tardes de sol a medias y esas veces que las hojas de los arboles se iluminan

y se siente un calorcito en el alma que dan ganas de contargiar con los brazos y besos.

me gusta caminar bajo la lluvia y comer helado de chocolate,

me gusta escuchar a la lluvia cantar en la noche antes de dormir y cuando pienso en ti,

me gustan los días nublados y escribir en el vaho de las ventanillas del bus.

ilnathaniel romo