recostemonos un rato en el césped
mientras llega la hora de ir a clase,
contame una historia sin principio
y decime con un beso que me quieres
que te gusta estar acá conmigo,
no digas nada y dejáme escuchar tu corazón,
-que delicia, sentir el aroma del césped recién cortado...
tomate tu tiempo para iniciar tu historia,
y cuando quieras reír, dame vida con tus manos que son como la palabra
pero no cualquier palabra, sino como esas palabras que nos dan vida.
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